Acerca de la enfermedad renal crónica

Se considera que existe una enfermedad renal crónica (ERC) cuando la función renal o la eliminación de proteínas llevan más de tres meses alteradas y ello afecta a la salud en general. En tal caso, los riñones filtran menos toxinas perjudiciales, producen menos hormonas y ya no controlan bien la tensión arterial. Las consecuencias pueden ser hipertensión arterial, anemia y trastornos del metabolismo óseo. En caso de insuficiencia renal total, las crisis hipertensivas y la gran acumulación de líquido en los tejidos son riesgos incapacitantes que pueden requerir diálisis o un trasplante de riñón. Lamentablemente, la ERC suele diagnosticarse demasiado tarde, y entonces lo único que puede hacer el tratamiento es aliviar los síntomas. 

Los principales factores de riesgo para desarrollar insuficiencia renal no son los propios riñones, sino otras enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial. En la actualidad, se considera que las enfermedades cardíacas y renales están muy relacionadas, ya que aproximadamente la mitad de los pacientes con insuficiencia cardíaca padece también una enfermedad renal crónica, y muchos pacientes con ERC padecen enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, existen muchas otras causas de insuficiencia renal, como los procesos inflamatorios en los riñones o las enfermedades autoinmunitarias y congénitas. 

Los síntomas que presenta la ERC no siempre son claros y a menudo no aparecen hasta estadios avanzados. Es posible notar antes los edemas, la presencia de espuma en la orina, el cambio de color de la misma o los dolores de cabeza con aumento de la tensión arterial, pero suelen pasar desapercibidos. Y muchos de los síntomas más graves no aparecen hasta el estadio 4 o incluso el 5. Entre estos se encuentran: 

• Aumento anormal del volumen de orina 

• Fuerte disminución del volumen de orina 

• Hinchazón (edemas), p. ej., en las piernas o la cara 

• Piel seca y con picazón 

• Dificultad para respirar 

• Fatiga, letargo, debilidad 

• Disminución del apetito, náuseas, vómitos 

• Falta de concentración, confusión mental 

• Trastornos de la consciencia (hasta llegar a la pérdida de consciencia) 

Por lo general, no es posible lograr una curación completa, sobre todo en los estadios avanzados, pero sí se puede ralentizar el avance de la enfermedad. Para ello, es esencial mantener un contacto estrecho con el especialista y cumplir el tratamiento. 

Las únicas opciones de tratamiento para el último estadio de la ERC son la diálisis y el trasplante de riñón. Si se opta por un tratamiento renal sustitutivo, existen dos tipos de diálisis que depuran la sangre: la hemodiálisis, que es la más común, y la diálisis peritoneal. En el caso de la hemodiálisis, la sangre del paciente pasa por unos tubos extracorporales desde un acceso vascular en el antebrazo hasta un dializador. Una vez en la máquina, pasa a través de una membrana que filtra las toxinas de la sangre, tras lo cual la sangre filtrada vuelve al cuerpo del paciente. La hemodiálisis se hace tres veces por semana durante varias horas en un centro de diálisis o en casa. La diálisis peritoneal utiliza el peritoneo como membrana para depurar la sangre. Puesto que de esta forma se tarda más en filtrar la sangre, se hace a diario, pero también la pueden hacer los propios pacientes en casa. 

El tratamiento renal sustitutivo supone un gran coste para la sociedad. La proporción de los costes sanitarios mundiales destinados a diálisis y trasplantes es 10-20 veces mayor que el número de pacientes tratados. Por ejemplo, en Europa, los reembolsos anuales por país alcanzan los 80 000 euros por paciente. Y los costes seguirán aumentando, pues se prevé que cada vez haya más pacientes. 

En Europa, actualmente hay 604 261 personas receptoras de un trasplante o en diálisis. 

El perfil de salud renal no solo nos indica si estamos en riesgo de desarrollar enfermedades renales, sino también cardiovasculares, y debería formar parte de las revisiones periódicas de todas las personas mayores de 50 años. 

A albuminuria

B Tensión arterial 

C for colesterol

D Diabetes

E TFGe