Recomendaciones para los legisladores

Recomendaciones para los legisladores

Gran parte de la población se encuentra en riesgo de padecer enfermedad renal crónica (ERC). Sin embargo, la mayoría (incluso entre la comunidad médica) no es consciente de dicho riesgo. Y lo mismo ocurre entre los legisladores. No obstante, necesitamos soluciones para prevenir o frenar el avance de la enfermedad renal. Las medidas de prevención que existen en la actualidad no son para nada suficientes y la participación en los programas de detección y tratamiento temprano sigue siendo muy desigual en los diferentes países, por lo que debería mejorarse urgentemente, sobre todo en las poblaciones de alto riesgo.1 

Muchas de las causas de la enfermedad renal crónica podrían prevenirse a través de la intervención primaria, es decir, reduciendo o eliminando los factores de riesgo vinculados al estilo de vida comunes a la mayoría de enfermedades no transmisibles (ENT), como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la alimentación poco saludable y la falta de actividad física2. Cada año, 790 000 ciudadanos europeos fallecen de forma prematura debido a estos factores de riesgo3. A pesar de ello, solo un pequeño porcentaje del gasto sanitario se destina a la prevención de las enfermedades4.  

La prevención secundaria es igual de importante para la detección temprana de la enfermedad renal crónica, así como para frenar su avance. Se recomienda realizar cribados en los grupos de población de alto riesgo, como los ancianos y las personas con diabetes, hipertensión arterial, obesidad, enfermedades cardiovasculares o cáncer. Mejorar la concienciación entre los pacientes y los médicos ya desde la atención primaria contribuiría a subsanar estas deficiencias.  

Instamos a los legisladores a que: 

  • Aumenten las iniciativas de sensibilización sobre la importancia de la salud renal en la UE, tanto actuales como futuras.  
  • Supriman o reduzcan la exposición de los ciudadanos a los factores de riesgo para la enfermedad renal crónica relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la alimentación poco saludable y la falta de actividad física.  
  • Pongan en marcha campañas de comunicación sobre la prevención primaria y secundaria de la enfermedad renal crónica y otras enfermedades concomitantes con el fin de mejorar la concienciación y aumentar la detección. 
  • Promuevan proyectos europeos y el intercambio de buenas prácticas con el objetivo de formar a trabajadores de atención primaria, cardiólogos, endocrinólogos y cualquier otro profesional sanitario relevante sobre la identificación de los pacientes de riesgo, los síntomas de la enfermedad renal crónica y la importancia de su detección temprana. 
  • Promuevan la creación de guías por parte de la UE, en colaboración con las sociedades médicas y organizaciones de pacientes competentes, sobre la detección periódica y sistemática de la albuminuria en las poblaciones de alto riesgo. 
  • Recopilen datos comparables sobre la enfermedad renal crónica y otras ENT a nivel de la UE, incluidos datos sobre la economía de la salud, con el fin de hacer visible la rentabilidad de las intervenciones de prevención primaria y secundaria. 
  • Favorezcan la atención integrada y multidisciplinar para prevenir y gestionar las enfermedades concomitantes a la enfermedad renal crónica, la multimorbilidad y las complicaciones.